martes, abril 18, 2006

El Llanto de un Hijo


Hoy es el tercer día en que me despido llorando de mi hijo de solo un año y medio, desde la noche del domingo16 de abril que se encuentra internado en el Hospital Regional en Rancagua producto de fiebre, vomitos y deárrea, ¿que los causó?, es la incógnita médica, los exámenenes de sangre, orina y fecas descartaron completamente la presencia del Rotavirus.
Todos los días voy a visitarlo unos minutos en la mañana, al mediodía y en la tarde. Rosy, mi esposa, ha está practicamente dodo el día con Victor Andrés, mi guagua.
Que desgarrante es irse del Hospital a las 18:00 hrs. cuando finalizan las vistas y los auxiliares piden abandonar las Salas, que desgarrante es dejar en el hospital a un niño de solo un año y medio que no entiende porque está en una cama con otros niños y peronas extrañas en un lugar desconocido para ellos. Que desgarrador escuchar como llorando pide que te quedes. Que desgarrador ver como llorando estira su brazo para irte a la casa con sus papás. Que desgarrante es observar a todas las mamás y papás salir llorando por tener que dejar a sus hijos en manos de otras personas, que tienen preopucación por los niños, pero no le pueden entregar el amor de una madre o padre.
¿Qué pasará por las inocentes mentes de esos niños que no entienden porque sus maamás y papás, sus héroes no lo rescatan de ese lugar?.
En éstas situaciones que ponen a prueba nuestra fortaleza, es cuando nos acordamos que existe un Ser Supremo, a quien pedimos que nuestro hijo se recupere luego para que le den el alta y que nos siga dando fuerza para soportar escuchar su llanto cuando lo dejamos solo en la tarde al terminae las visitas y tenemos que esperar 16 largas horas para estar nuevamente con nuestra guagua.